La detención el pasado febrero del propietario y de la cúpula directiva de Vitalden ha hecho aflorar los peligros del modelo mercantilista que siguen muchas clínicas dentales del estado. Un patrón , que según el gremio de odontólogos, persiguen objetivos puramente económicos y que se olvidan de la salud de los pacientes. La regulación, confusa y poco reestrictiva, ha propiciado la proliferaciín de una burbuja dental que ha comenzado a explotar.
(Extracto declaraciones Jose Luís Maldonado, reportaje revista El Temps – «La burbuja dental», abril 2016)
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«Muchas de las denuncias que presentamos son por falta de seguimiento del tratamiento. Si se ponen implantes a un paciente con una enfermedad periodontal y no se hace un buen seguimiento, las bacterías pueden acabar comiéndose los implantes igual que lo habían hecho con los dientes naturales».
«Los pacientes tardan mucho en denunciar este tipo de malas prácticas por que aunque veas que alguna cosa va mal, si el médico te dice que todo va bien, confías en que así sea, no quieres ir a oro médico. Al final cuando ven que cada vez les hace más daño, que se le caen las prótesis y que la clínica no les arregla nada, algunos pacientes toman la decisión de iniciar trámites judiciales. Pero pueden pasar tres años desde el inicio del tratamiento, y estoy convencido que mucha gente no lo llega a denunciar nunca».